El Imperio Inca

El imperio Inca, fue un gran imperio y una cultura avanzada en el continente americano. Esta cultura fue una de las más importantes de la era pre incaica. Este imperio se extendía desde el norte del Ecuador a la parte central de Chile y desde los Andes hasta la costa.

Aproximadamente entre los años 1438 y 1471, se da el reinado del considerado como verdadero creador de esta civilización: el Inca Pachacuti. Durante su reinado se llevó a cabo el engrandecimiento de la ciudad del Cuzco, el establecimiento de las instituciones, la organización del imperio y principalmente, el inicio de la expansión territorial. Fue guerrero, organizador y legislador.

Organización del poder. El Inca y la nobleza

Según la tradición el poder pasó ininterrumpidamente de padres a hijo, esta relación es relativa ya que se cree que si en su momento, éste no era el más apto, se escogía al más hábil entre la prole de los principales. Los jóvenes escogidos debían superar una prueba atlética que duraba 30 días. La elección del sucesor se realizaba en la plaza principal de la ciudad, en medio de un animado festival público de danzas y cantos.

La nobleza estaba dividida en dos clases dominantes. En primer lugar estaban situados inmediatamente después del Inca, todos los descendientes del soberano, quienes conformaban la denominada panaca real. Solo miembros de esta clase podían ejercer las principales dignidades religiosas, obtenían destacados cargos administrativos y militares. La otra clase dominante estaba constituida por los Curacas. Estos eran los caciques de las naciones conquistadas que los Incas con sus guerras iban adosando a su creciente imperio.

El estado llevaba el control estadístico sobre todo; se contabilizaba y registraba la población según sexo, edad, clase, ocupación, residencia.

Trabajo, justicia, vida social

En el Imperio Inca, pocas cosas resultaron tan importantes para el Estado como el respeto a las leyes, y a sus efectos, se organizó un aceitado sistema de leyes y durísimos castigos para los que violaran dichas leyes.

Existían pocas leyes, casi todas de caracter penal, como las que castigaban el homicidio, el robo y el adulterio, delitos que tenían penas tremendas. El hablar en contra de la figura del Inca, la sedición, la blasfemia en contra del Sol eran penadas con la pena de Muerte.

El territorio imperial se dividía en tres partes. Los titulares de estas tres partes eran, el Sol, el Inca y el Pueblo. Lo destinado al Sol se empleaba en mantener toda la inmensa estructura religiosa del estado, el Inca pasaba a cubrir todos los gastos del aparato del Estado, por último, restaba lo producido en la parte correspondiente al pueblo, esta tierra se dividía proporcionalmente entre todos los habitantes, y era trabajada por estos para lograr su propia manutención.

En este imperio no existía la pobreza, nadie jamás pasaba hambre debido a la compleja distribución de las tierras y tareas que marcaba la ley, lo que constituía una especie de comunismo agrario primitivo.

Lograron a fuerza de organización y decisión política erradicar la pobreza, la miseria y la marginalidad, cosa raramente alcanzada a lo largo de la historia de la humanidad, aunque a costa de un Estado opresor y omnipotente que no permitía el menor atisbo de iniciativa individual ni propiedad privada.

Arquitectura, Ingeniería, Caminos reales y Guerra

Uno de los ámbitos entre los que más desarrollaron los incas fue en su arquitectura, principalmente con la construcción de templos, palacios y edificios militares. Su arquitectura se destacó por el tratamiento de la piedra, como material principal de sus construcciones. El más famoso e importante de sus templos fue el Templo del Sol localizado en Cuzco que se denominó Coricancha.

También se destacaron por sus obras de ingeniería, dirigidas especialmente al desarrollo de las tareas agrícolas y a las comunicaciones.

En cuanto a las comunicaciones, tuvieron un desarrollo impresionante gracias a la aplicación de sus conocimientos de ingeniería, llegando a crear una red de caminos y puentes.

Religión

Las actividades de esta civilización estaban imbuidas de religión, todo era místico y, de una forma u otra, todo tenía origen o destino divino.

El temor a lo desconocido promovido en el pueblo por la religión oficial, operaba como elemento fundamental para la unidad del imperio y la dominación de las enormes masas que lo conformaban. El gobierno incaico constituyó una absoluta teocracia, sumamente opresiva.






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